Ella le pidió que la llevara al fin del mundo; él puso a su nombre todas las olas del mar. Se miraron un segundo como dos desconocidos... Y con tanto ruido no escucharon el final.
Aviso a navegantes. He decidido re-retomar mi actividad literaria con un pequeño gran proyecto. No voy a adelantar nada porque aún está en pañales, pero está inspirado en Madrid.