Desde que curro en Soria y tengo un compañero de despacho que haría las delicias de miles de niñas, no tengo tiempo para aburrirme. Y es que nos dedicamos, entre otras cosas claro, a desayunar durante una hora, a meternos puñaladas el uno al otro y sobre todo a reirnos mucho. La última fue por las fotos de más abajo; quien tenga ojos para ver... que no diga ná.
No me digáis que no me doy un aire a la Scully... Claro, que lo mejor fue verme como cheerleader, desde luego, me sienta bien la ropa deportiva, creo que definitivamente voy a renovar mi fondo de armario.
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