sábado, 19 de noviembre de 2005

A Germán (espéranos allí)

Va a hacer un año. El día 24 del mes que viene hará un año. Un año que acabamos con mal sabor de boca y que comenzó mal. Decidiste irte, de repente, sin previo aviso, sin despedirte. Celebrábamos algo, seguramente el fin de las clases por Navidad, una cena entre amigos, unas copas por el Húmedo, unas risas como siempre... y ya no volvimos a verte. Ni siquiera aquella noche te vi mucho, tan solo un ratito, lo justo para desearte felices fiestas y decir: "Venga, sed buenos, pasadlo bien". Y después, nada. A las 11 de la mañana una llamada con la trágica noticia, unas lágrimas que no acababan de brotar, mil pensamientos en la cabeza, miles de porqués y ni una sola respuesta, recuerdos de risas y de cafés, de noches en el Glam y en la Estación... todo borrado de un plumazo, toda una vida que se detuvo en plena juventud.

Va a hacer un año y seguimos echándote de menos. Seguimos acordándonos de tí como si te hubiéramos visto media hora antes, seguimos pronunciando tu nombre casi sin darnos cuenta para, acto seguido, esbozar una sonrisa y dejar la mirada perdida recordando algo. Seguimos riendo tus bromas y tus gracias, seguimos incluyendo tu nombre en la lista de receptores de mails en cadena y nos negamos (yo la primera) a aceptar que en la agenda del movil tu nombre ya no aparece.

Va a hacer un año que nos abandonaste entre risas y fiestas de Navidad. Y te llevaste toda tu alegría y todas tus ganas. Sólo nos dejaste un sabor de boca amargo, por todo lo que pudo ser y nunca fué, por todo lo que tenía que haber sido y ya nunca será. Una Nochebuena nada buena y unas fiestas vacías. Tus compañeros de batallas, desolados; tus amigos, destrozados.

Va a hacer un año que empezó a nevar y parecía que nunca iba a parar. Bonita postal navideña te perdiste. Y desde entonces cada vez que oimos una canción nos acordamos de tí, vuelve a la mente aquella frase tuya ("Vamos a hacer el sexy-sexy").

Un años después sabemos porqué tus amigos estaban tan orgullosos de serlo; sabemos porqué te fuiste. Quizás faltaba un ángel en el cielo y te llamaron a tí.
Estés donde estés, espéramos allí; volveremos a encontrarnos.

PS- Germán era un amigo de los buenos, de los de verdad. Nos dejó el 24 de Diciembre de 2004, una madrugada cuando volvía a casa después de pasar la noche con sus amigos. Su coche le jugó una mala pasada a la puerta de su casa y ya nunca le volvimos a ver. Tenía 26 años y muchos amigos que quisimos despedirnos de él a pesar de la nieve y el frio. Nos hemos hecho a la idea, pero no acabamos de acostumbrarnos. TE ECHAMOS DE MENOS.

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