lunes, 29 de mayo de 2006


Ahora resulta que me llueven los trabajos. Ya me decían que cuando te llaman de un sitio, al dia siguiente tienes otras 14 ofertas de trabajo, pero no me lo quería creer. Y ahora no me ha quedado más remedio que creermelo.
Aún no acabo con el libro y me dan la beca de la FUNGE para trabajar, y en cuanto me la dan y empiezo me llaman de la Escuela de Turismo de León para dar clases de inglés el próximo curso. ¿Alguien me ve a mi de profesora universitaria enfrentándome a una clase de 35 fieras de 18 añitos, niños de papá, enseñando inglés? Pues ya podéis empezar a verme así y a tratarme de usted, que esto es un grado. No todo el mundo llega a profesor universitario, y aquí una servidora, sin comerlo ni beberlo, se ve de pronto formando parte de ese cuerpo al que durante 7 años me he dedicado a despellejar y criticar; a ese cuerpo al que he aburrido con tutorías inservibles para hacer la pelota y así ganar el favor; ese cuerpo cuyos antepasados difuntos deben estar aún revolviéndose en sus tumbas de todo cuanto me acordé de ellos tras consultar listas de calificaciones; ese cuerpo del que solemos decir que viven como dios... Pues ahora yo soy de esa élite, así que ojito con acordarse de mi madre si no es para bien!

Aún no sé si seré capaz de domesticar a los niños bien de León, pero por intentarlo que no quede. Por cierto, se admiten sugerencias para salir viva de ahí.

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