jueves, 1 de julio de 2010

PLAZA ELÍPTICA

Elíptico (Del griego ἐλλειπτικός):
1.- Perteneciente o relativo a la elipse.2.- De forma de elipse o parecido a ella.3.- Perteneciente o relativo a la elipsis.
Elipse:
1.- Lugar geométrico de los puntos del plano cuya suma de distancias a otros dos fijos llamados focos es constante. Resulta de cortar un cono circular por un plano que encuentra a todas las generatrices del mismo lado del vértice.

Elipsis:
1.- Figura de construcción, que consiste en omitir en la oración una o más palabras, necesarias para la recta construcción gramatical, pero no para que resulte claro el sentido.2.- Supresión de algún elemento lingüístico del discurso sin contradecir las reglas gramaticales.
(… O cómo una misma palabra puede hacer referencia a ciencias y a letras…)

-Manda huevos… Esto del desove y el remonte es la leche. Con la de peces que hay en el Bernesga y tuve que ir a pescar un salmonete del Manzanares… guapo y chulapo, sí, pero perdido en aguas extracomunitarias…
-¿Lo ves? ¿Quién te quiso convencer de que no era posible?
-Pregúntale a un cocinero si el tinto marida con el salmón… Te dirá que se dan patadas.
-Ya… ¿Y qué me dices de los imanes?
-¿Imanes?
-Sí, lo de los imanes, eso de que los polos opuestos se atraen y los iguales se repelen…
-Debe de ser un lobo con piel de cordero entonces
-¿Lobos ahora? No te sigo…
-Lobo, polo… bah, da igual…
-¡Pero si sois totalmente diferentes!
-O eso parece. ¿Cómo soy? ¿Polo positivo o negativo?
-¿Últimamente…? Negativo, muy negativo.
-Pues eso. Que ya había un polo negativo y yo, por contacto, he cambiado la carga. Dos polos negativos no se juntarán nunca.
-¿Y qué tal intentar cambiar otra vez electrones por protones?
-Me mantendré neutrón, como Suiza.
-Dirás neutral…
-Sí, eso, qué más da…
-No te creo.
-¿Por qué?
-¿Te rindes?
-¿Y qué debería hacer? ¿Probar el acelerador de partículas y tratar de volver a cruzarme con él después del nuevo big bang? Con mi suerte, seguro que…
-Llámale.
-No.
-Llámale.
-No quiero.
-Llámale.
-No debo.
-Llámale.
-¿Y qué le diría? ¿Hola, qué tal, cómo te va? No.
-Llaaaaaama.
-No.
-¿Por qué?
-No tiene sentido, ni siquiera entiendo pezuno…
-¿Pezuno?
-Su idioma, del pez… pezuno… Los perros del Alentejo ladran en portugués…
-¿Alentejo?
-¡Coño, que espesura…!
-¿Y si pruebas a decirle que le echas de menos?
-Ni de coña.
-¿Por?
-Porque no.
-Podría funcionar.
-Lo dudo.
-…
-Me diría que no.
-Me pierdo.
-Las torturas están castigadas en el código penal.
-¡Ahora me saltas con Derecho!
-Asociaciones mentales vertiginosas… como tratar de conectar “te voy a echar un polvo” con “te reviento la cabeza”.
-Ahora sí que me estás dando miedo…
-Pensamiento gore… Que no. Ya está.
-Las relaciones difíciles son las que más marcan.
-Como un ternero; a fuego y sin anestesia…
-Tú estás fatal.
-¿Estoy loca?
-Si te lo preguntas es que no lo estás…
-Eso decía…
-¿Entonces?
-Qué.
-Pues que qué vas a hacer.
-Ni idea. Si bebiera, hoy sería un día estupendo para emborracharme a tequila.
-Y después unos porros, ¿no? Venga, no digas tonterías.
-Me piro.
-¿Ya?
-No, que me piro, que me voy de aquí, que necesito cambiar de aires que esto me está matando.
-¿Y a dónde irás?
-Ni idea…
-¿Y así acaba todo?
-No me voy a quedar en casa llorando y guardándole ausencias. Ni me lo merezco, ni se lo merece… aunque lo haría si viera alguna posibilidad…
-Estás colgada.
-Hasta los tuétanos. ¿Qué vas a pedir?
-Creo que ensalada césar, ¿tu?
-Salmón, a ver si empiezo a entender algo.
-¡Otra vez el salmón a vueltas…!
-¡Qué cojones! Arroz con bogavante, me lo he ganado.
-¿Homenaje?
-Algo así… Sigo con antojo de navajas.
-De Albacete.
-No, de ría. Las cambié por bacalao…
-Qué difícil me resulta seguirte a veces.
-Me pierdo hasta yo.
-Hoy te dio por el pescado…
-Salmonete chulapo en busca de remonte donde desovar buscaba mirada penetrante y transparente…
-¿Estás escribiendo otra vez?
-Sí… a ver cuánto tardo en cansarme.
-Entonces ya lo entiendo, andas en busca de metáforas…
-Digamos que estamos en un punto en el que realidad y literatura se mezclan y confunden.
-¿Y de qué va esta vez? ¿Abducciones? ¿Turismo por los Andes? ¿Crítica al más puro estilo Peñafiel?
-Gastronomía.
-¡Coño!
-No, el relato erótico vendrá después… me lo prometió Javivi.
-¿Gastronomía? ¿Relato erótico? ¿Javivi?
-Sí.
-Dos cuestiones: la primera ¿quién es Javivi? Y la segunda ¿quién eres y que has hecho con mi amiga?
-Un bilbaíno jubilado, y sigo aquí, solo que algo desfigurada.
-Sabía que te iban maduritos, pero pasar de los 35 a la edad dorada… la única ventaja que le veo es que las vacaciones os saldrán baratitas.
-Me voy a ir a un balneario 3 días…
-¿Con el jubilado?
-No, joder, sola. Ya lo tengo pagado.
-A descansar.
-No, a aprovechar los 450€ de la reserva. El descubierto de la cuenta tuvo que servir para algo.
-¿Descubierto?
-Soy pobre, ¿recuerdas? Me van a amasar, adobar, exprimir, rebozar, embadurnar, drenar y limpiar cada milímetro del cuerpo. Cuando vuelva voy a tener la piel mejor que Cleopatra a base de leche de burra, no me va a conocer ni mi madre.
-El plan Special K te sale más rentable.
-Ya, pero no pagué vacaciones para ponerme ciega a cereales, pagué fin de semana en un balneario y allá que me voy, acompañada o sola, pero me voy.
-Pues que te cunda.
-¿Has visto cosa más triste que una treintañera sola en un balneario?
-Bueno, no tiene por qué ser tan malo…
-Reservé el pack fin de semana romántico….
-Me callo…
-Ven conmigo, en plan lésbico. Lo peor que nos puede pasar es que la cama sea redonda y haya un espejo en el techo.
-Pero sin roces, ¿eh?
-No prometo nada.
-En ese caso, paso.
-Aburrida.
-Entonces cuál es el plan…?
-Pues…
-Llámale.
-¡Que no!
-Hazme caso por una vez, coge el teléfono, marca su número y llama.
-¿Y qué le digo? ”Hola, qué tal te va, vente conmigo a pasar el fin de semana al balneario, total, ya está pagado…” Es rastrero, además de triste y humillante.
-¿Qué tal un “hola, cuántos días sin saber de ti, me preguntaba cómo estarías”?
-Te respondo ya: “Hola. Bien, ¿tu? Estudiando. Vale, chao”.
-Eres un dechado de optimismo y buen rollo, ¿sabes?
-Soy realista.
-Eres como el tipo del chiste.
-Para chistes estoy yo…
-Un tipo en un mercedes por una comarcal y se le para el coche. El pueblo más cercano está a 10 kilómetros. El tío echa a andar y por el camino va pensando en lo que necesita para reparar el coche. Decide que lo más importante es un gato. Según se va acercando al pueblo va pensando “Y si es un pueblo abandonado? Y si está habitado pero no hay nadie en casa? Y si no me abren la puerta? Y si no tienen gato? Y si no me lo dejan?” En estas estaba el hombre cuando llama a una puerta y le abre una mujer que le pregunta qué le pasa, a lo que el tipo responde “¿Sabes lo que te digo? Que te metas el gato por donde te quepa!”
-Pues yo igual. Antes de que me lo diga ya me hago a la idea y nos ahorramos los dos un mal rato; él por tener que decírmelo y yo por escucharlo.
-¿Tan malo fue?
-Al contrario, era encantador… luego empezaron los problemas.
-¿Qué pasó?
-Eso me gustaría saber a mí.
-Discutisteis.
-Jamás.
-¿Entonces?
-Otro de esos grandes misterios inexorables del universo. ¿Quién construyó las pirámides de Egipto? ¿Dónde desembocan los agujeros negros? ¿Qué pasó?
-No entiendo nada…
-A veces pasa que el oso se come al salmón antes de que llegue a su destino.
-Me estoy empachando de salmón sólo con escucharte.
-Quijote venció a sus molinos solo, sin Sancho, ni Rocinante.
-Pero tenía a Dulcinea en el Toboso.
-Ahí está el problema, que este Quijote o no quiere Dulcinea, o no sabe dónde ponerla.
-En el Toboso.
-Sería lo lógico.
-Para que yo me aclare… el Toboso sería…¿?
-Donde se casaron, fueron felices y comieron perdices.
-Estoy teniendo una especie de dejà vu pero a la inversa. ¿Esos no fueron Blancanieves y el príncipe?
-Qué más da, este cuento acaba mal.
-Será porque tú quieres.
-No. Será porque él así lo quiere. Y por una vez, voy a hacer caso de lo que me dicen.
-¿Y si te llamara él?
-No lo creo; está ocupado, siempre lo está.
-Pero algún día dejará de estarlo.
-Sí, algún día.
-Puede que entonces te llame.
-Sí, seguro, tiene tantas ganas de llamarme y verme como yo de que me den una patada en la boca del estómago.
-Por lo que veo acabasteis mal…
-No, creo que no.
-¿Crees que no?
-Creo que no. Quiero decir que no hubo discusiones ni reproches ni nada por el estilo. Una cerveza en una terraza y un hasta aquí hemos llegado.
-¿Sólo?
-¡Te parecerá poco!
-No, no… Bueno, al menos no te mandó un mensaje para dejarte.
-¡Sí, joder, menudo consuelo!
-Es un tipo rarito, ¿no?
-Es peculiar. Yo creo que no sabe lo que quiere, pasa de la risa al llanto en cuestión de segundos, se tortura con temas que no debería, y me tocó lidiar con una mala racha. Ces’t la vie, que dicen los gabachos.
-A enemigo que huye puente de plata.
-Ya…
-Era una batalla perdida entonces.
-La única guerra que yo quería tener con él era bajo las sábanas.
-¿Era bueno?
-Era diferente a todos los demás.
-O sea que la tiene pequeña.
-No seas vulgar… cuando le acariciaba la espalda se le encrespaban los espolones.
-¿Qué?
-Una vez me dijo que daba la cara incluso cuando daba la espalda.
-Me hablas en clave…
-Nada, cosas mías.
-Explícame eso de los espolones.
-Las alas abiertas… ¿has visto alguna vez el ritual de apareamiento de un pavo real?
-A ti hoy te ha dado con los animales.
-Despliegan la cola y la inclinan hacia la hembra, hacia delante, como queriendo encerrarla. Él ya tenía las alas abiertas. Cuando le pasaba las uñas por la espalda temblaba.
-Ese chico no ha tenido cariño en su vida.
-Frío consciente… por las noches buscaba calor.
-¿Quieres mi opinión?
-No, prefiero la mía.
-Como quieras…
-No te ofendas… no quiero que me digas nada que me pueda machacar, no me va a ayudar. Es un camino que tengo que hacer sola.
-Cómete el salmón, se te va a enfriar.
-¿Te has parado a pensar alguna vez que los salmones son los únicos peces que viven tanto en agua dulce como en agua salada?
-Tú te mereces alguien que te trate como una reina.
-Me siento más Cenicienta.
-De eso nada, guapa.
-Me dio las llaves de su fortaleza y yo se las escupí a la cara.
-A veces uno hace cosas de las que se arrepiente antes incluso de haberlas concluido.
-Ya te digo… Maldito carácter…
-No te tortures.
-No lo hago. Pero es que aún no le he llorado…
-No hay sitio para las lágrimas.
- El lagrimal se me ha autoproclamado estado independiente. Me hice la dura.
-Eres dura.
-No, sólo me lo hago. Le devolví una enorme sonrisa, como si no me importara…
-Pero sí te importaba.
-No sabes cuánto.
-¿Y por qué no le dijiste lo que pensabas?
-Porque soy una tía elegante. Porque me conoció esbozando una sonrisa y así quiero que me recuerde.
-Chica, qué dramática, lo sueltas en plan epitafio.
-En la vida llega un momento en que has de decidir si es bueno conservar una amistad o mandar todo a la mierda.
-¿En qué momento estás tú?
-Princesa desilusionada vende rana, precio a negociar. O la cambiaría por un billete de avión a Isla Mauricio.
-¿Le quieres?
-Qué importa ya eso. Le agradezco más de lo que le podría reprochar.
-¿Tomamos postre?
-Echo de menos los desayunos.
-Yo helado, ¿tú?
-Lo tengo aún debajo de las uñas.
-Eso se quita con un cepillito.
-No es papel pintado que puedas levantar de una vez; es más bien como el barniz, necesitas lija.
-Paso del postre, un café con hielo por favor.
-Aún le debo una cafetera y 20 euros de una apuesta…
-La cafetera que se la compre él, y con esos 20 euros te vas a la peluquería y te cambias el corte de pelo.
-Quiero dejármelo largo.
-Pues te das unas mechas.
-Le echo de menos…
-Lo sé. Se te pasará.


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