domingo, 30 de septiembre de 2007

Cristales mojados

Llega el otoño a traer consigo ráfagas de aire frío que curten la piel, gotas de agua dispersas que mojan los cristales de mi ventana, hojas amarillentas que se arremolinan en todas las esquinas, bajan los termómetros a rondar los 0 grados...

Llega el momento de desempolvar la bufanda y rescatar del fondo del cajón las medias negras tupidas, de sacar la ropa que me va a acompañar hasta mediados de mayo, las botas de caña alta y el abrigo...

Llega el momento de meter el paraguas en el bolso, de atravesar el puente de San Marcos con las manos en los bolsillos, la mandíbula apretada y la nariz escondida entre los pliegues de la bufanda, de llegar a casa con los pies helados y buscar el calor del radiador...

Llega el momento de asar castañas y comer sopas de ajo con cuchara de madera...

Llega el momento de pasear encogidos pensando en nosotros mismos.

4 comentarios:

Eva Primigenia dijo...

Llega el momento en que Valladolid y Tenerife están más lejos que nunca, en dos continentes, en los bordes más lejanos de las isobaras, la una en el páramo helado la otra en la cálida playa.

Llega el momento de tenderse en la arena y pensar en los amigos, llega el verdadero momento en que lo importante es compartir calor.

Ana dijo...

No me he fijado en el mapa del tiempo si Valladolid y Tenerife están unidas por isobaras, la verdad es que apenas miro para Valladolid si no es para afinar el tiro y lanzar unos tomatazos.

Tampoco me he fijado en qué continentes se encuentran Tenerife y Valladolid; siempre pensé que pertenecían al mismo (veo que tengo que revisar mis apuntes de geografía).

"...pero si me provocan yo también sé jugarme la boca..." (J. Sabina)

Eva Primigenia dijo...

Perdoname (de nuevo), es obvio que tenía totalmente confundida tu ubicación (la verdad es que me pregunto por qué y no se contestarme). No volverá a darse tamaño lapsus geográfico y sensible.

En lo que si tengo que reafirmarme es en la lejanía climatológica (la geográfica ya se sabe) entre Tenerife y, ahora si, León. De hecho supongo que la distancia en grados centígrados es en estos momentos de la que pone la piel de gallina. En todo caso nunca fué mi intención ahondar la distancia sino, más bién, usar esos extremos climatológicos como punto de encuentro emocional, el espíritu no conoce de temperaturas y lo mismo se encoge para la introspección bajo las bufandas que ante el inmenso mar blanqueado por las calimas.

Espero que algún dia podamos contárnoslo personalmente, entretanto iré desempolvando el atlás para no volver a cometer gazapos que me hagan acabar entomatada.

:-)

Eva Primigenia dijo...

Ah, y por cierto, dicen los geólogos que el suelo de Canarias pertenece a África pero ¿quién hace caso a los geólogos?

;-)